
Dinàmica de poblacions de Bromus diandrus en cereals d’hivern
Los secanos semiáridos ocupan un elevado porcentaje de las tierras de cultivo de muchas regiones de la Península Ibérica, aproximadamente unos 8 millones de hectáreas, constituyen la base fundamental de la actividad agraria de amplias zonas. Estas áreas están generalmente caracterizadas por unas condiciones edafo-climáticas muy "duras" que limitan notablemente las alternativas de cultivo, y que favorecen en la mayoría de los casos el monocultivo de cereales.
Si bien en muchas de estas zonas la rentabilidad de la actividad agrícola propiamente dicha se complementa a menudo con una actividad ganadera, desde hace unos años, mantener la rentabilidad de esta actividad agrícola en base al monocultivo de cereal de invierno, es cada vez más difícil.
Ante esta situación, los agricultores se ven abocados muchas veces a abandonar el cultivo de aquellos terrenos menos productivos o inaccesible, y en todo caso, recurrir a una estrategia con el fin de mantener la rentabilidad de aquellos terrenos en los cuales la productividad puede alcanzar un cierto nivel. Esto se puede realizar de diferentes maneras, ya sea haciendo una reducción de los costes de producción (disminuyendo el número de labores del suelo, reduciendo el uso de agroquímicos), o bien también, haciendo una alternancia del habitual cultivo del cereal con otros cultivos "ocasionales" (colza, veces, girasol), en función de garantías de precio que la administración, cooperativas u otros entidades establezcan. De estas dos posibilidades mencionadas, parece que la primera es la que se ha adoptado más ampliamente, por razones prácticas.
Los trabajos de preparación del terreno y los agroquímicos, constituyen unos de los costes de producción más importantes en el cultivo de cereales (ARNAL 1990), y han sido los aspectos que más se han transformado en esta línea de abaratamiento de costes.
Estas prácticas, en contrapartida, tienen asociados algunos aspectos negativos, de entre los cuales se podría destacar la tendencia a incrementar la presencia de malezas (FROUD-WILLIAMS te al.,1981; NAVARRETE, 1992). Estos autores muestran en sus trabajos, como varias especies de plantas arvenses por lo general, y algunas concretas en particular, tienen tendencia a establecerse con más facilidad en los campos, cuando la intensidad de trabajo del suelo disminuye.
Una de las especies que se instala con cierta facilidad en los campos de cereales de secano en estas condiciones, y que es además difícil de controlar, es Bromus diandrus Roth, conocido popularmente con el nombre de "trigo del diablo", "estripasacs" o también "escaldaboques".
Desde que GARCIA-BAUDIN (1983, 1986), hicieron mención por primero golpe de la aparición de esta especie como maleza de los cereales de invierno a varias zonas de Castilla, otros autores han ido señalando su presencia en la Península. Así, OCHOA y AIBAR (1987), lo señalan en varias zonas de Aragón; ESPARZA y TIEBAS (1987), Navarra y ORILLA te al. (1988), lo citan de Catalunya.
Si bien el motivo primero de la aparición de esta especie en un campo como maleza puede estar ligada a los factores de cultivo antes mencionados, la posterior perpetuación de las infestaciones, lo puede ser al débil control que los herbicidas antigramíneos habitualmente utilizados en el cultivo de cereal, tienen sobre esta especie.
Como el problema de Bromus diandrus como maleza es relativamente reciente, hay escasos conocimientos tanto con respecto a los aspectos del comportamiento agroecológico, tales como la dinámica de poblaciones, capacidad de competencia con el cultivo, la sensibilidad a diferentes agroquímicos, o bien el papel que determinadas rotaciones de cultivo pueden tener sobre su control.